Se acerca diciembre, se acerca fin de año y llegan las despedidas, los balances y proyecciones de lo que vendrá. Ya quedan pocas semanas para despedir el 2025 y recibir el próximo año. No casualidad que en este momento algunas personas consideren empezar terapia o que enero se convierta en el punto de partida de procesos terapéuticos. Si estás leyendo esto y estás buscando psicóloga, quizás sea porque empezar terapia en 2026 esté entre tus planes.
Las semanas previas al cambio de año pueden ser intensas: compromisos sociales, tareas pendientes, el estrés que se viene acumulando. Las fiestas de fin de año suelen ser un momento en el que se condensan emociones de todo tipo. Muchas veces vamos rodando con la inercia del año que se termina sin reparar en cómo nos estamos sintiendo.
Mi ritual personal de fin de año: una pausa
En estas épocas del año suelo tomarme un tiempo para hacer una pausa. Es un pequeño “ritual” personal de fin de año en el que me tomo un momento para mí: para sentir, pensar y escribir. En este espacio hago un balance del año que termina y planteo mis intenciones para el año que comienza.
1. De dónde vengo y dónde estoy
En este pequeño “ritual” el primer paso es tomar conciencia de mi recorrido ¿cómo llegué hasta acá? y ¿cómo estoy en este momento? Entender de dónde vengo y cómo estoy en el lugar en el que estoy me permite pisar firme en mi presente y dar los pasos que necesito para avanzar en cualquiera sea la dirección que me proponga. Esta es la base sobre la que me asiento a partir de la cual desarrollaré lo que sigue.
2. Hacia dónde voy
Lo que marca la dirección hacia dónde voy son mis intenciones, que no son otra cosa que objetivos personales que me propongo desarrollar a lo largo del año.
Mis intenciones para el año funcionan como una brújula que me guía lo largo de los meses.
Cuando pienso mis intenciones, no me preocupo por cumplirlas cuánto antes. Las establezco en un principio y las tengo presentes de una u otra manera hasta diciembre, momento en el que hago el balance y evalúo cómo me fue en lo que me había propuesto.
Las intenciones están ahí siempre presentes acompañándome. No las vivo como una exigencia, sino como un estímulo que me orienta. Y disfruto el camino que se va abriendo mientras las sigo.
Hay veces que no alcanza un año calendario para realizarlas, algunas intenciones me acompañaron años hasta materializarse. Me gusta entender las intenciones como semillas que se siembran en el pensamiento y que germinan a su propio ritmo, creciendo y floreciendo cuando están listas.
Entender las intenciones como si fueran semillas que se siembran en el pensamiento me sirve para tener presente que los cambios significativos necesitan tiempo y cuidado. Y este proceso tiene algo en común con aspectos de la psicoterapia.
En terapia trabajamos ser conciente de cómo estás hoy, de tu recorrido y orientar tus intenciones hacia lo que querés construir. Empezar terapia es hacerte ese tiempo para vos.
¿Quién soy?
Mi nombre es Carolina Becker, soy psicóloga argentina. Me dedico a promover la salud y la calidad de vida de las personas. Trabajo desde la palabra para explorar las emociones y sensaciones en el cuerpo, facilitando así el proceso de cambio necesario para sentirse mejor.
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